Rosquillas de Alcalá




Se preparan con planchas de hojaldre y se cuecen en el horno, lo que ahorra tiempo y calorías. 





Ingredientes:


Para  la base de las rosquillas


- 2 planchas de hojaldre rectangulares
- 1 huevo M


Para la crema de yema


- 5 yemas de huevo M
- 1 huevo entero M
- 150 gr de azúcar
- 80 ml de agua



Para el glaseado:


- 2 claras de huevo
- 250 gr de azúcar glas 
- El zumo de ½ limón




Preparación 



Estiramos una de las planchas de hojaldre sobre la superficie de trabajo y la pincelamos con huevo batido por toda la superficie.

 Colocamos la otra plancha de hojaldre encima procurando encajar bien los bordes. 

Cortamos por la mitad y pintamos una de las piezas con más huevo batido.

Colocamos la otra pieza sobre esta y la alineamos bien.

 Buscamos obtener cuatro capas de hojaldre, una sobre otra, es decir que haya varias capas de hojaldre superpuestas.

Pasamos un rodillo por la superficie de forma suave, sin estirar. Hay que procurar no aplastar el hojaldre, es solo para que las planchas de hojaldre se unan.

Con dos cortadores redondos, uno grande para el exterior y otro pequeño para el agujero interior, cortamos las rosquillas que nos permita la masa.

Con mucho cuidado, porque son delicadas, transferimos las rosquillas a una bandeja de horno cubierta con papel vegetal.

 Dejamos espacio entre ellas para que no se peguen cuando crezcan con la cocción.

Introducimos la bandeja en el horno, precalentado a 180º C con calor arriba y abajo, y cocemos las rosquillas de hojaldre durante unos 20 minutos o hasta que estén doradas. 

Mientras se hornean las rosquillas de hojaldre hacemos la crema de yema.

En un cacito ponemos a hervir el agua con el azúcar a fuego medio, dejando que el azúcar se disuelva por sí solo sin necesidad de remover. No hay que tocarlo, así que paciencia porque esto lleva unos minutos.

Necesitamos un almíbar a punto de hebra, que se llama así porque al mojar el dedo índice y pulgar en agua y luego en el almíbar, al separar los dedos se debería formar una hebra. No obstante, para mayor precisión, lo ideal es usar un termómetro de cocina que nos indique la temperatura exacta, que son 118º C. Dejamos que el almíbar enfríe un par de minutos.

Mezclamos las yemas y el huevo en un recipiente amplio y hondo y removemos, sin batir..

Incorporamos el almíbar en forma de hilo continuo, mientras vamos removemos sin parar con un batidor. Hay que mezclar de manera constante para que el huevo no se cuaje.

A continuación, pasamos la crema por un colador fino y bañamos en ella las rosquillas -para no pringarse mucho los dedos podemos usar unas pinzas-, depositándolas después sobre una rejilla para que escurran, sequen y enfríen.

Para finalizar vamos a glasear las rosquillas. Para ello ponemos el zumo de medio limón en un bol junto con las claras de huevo y el azúcar glas. 

Removemos con unas varillas hasta obtener una masa lisa y homogénea.

Con ayuda de una brocha pincelamos las rosquillas.

 Dejamos secar antes de consumir

No hay comentarios:

Publicar un comentario