Las mejores cosas de la vida son los dulces

Los postres son frutas o platos dulces que se sirven después de las comidas. Para algunas personas la hora del postre forma parte del momento más atractivo de la comida, ya que suelen ser los platos más coloridos de la mesa. Además, son un acompañamiento en cualquier momento del día, son dulces y en algunos casos agridulces. Los postres han sido considerados el broche de oro de las comidas, cuando éste es de excelente calidad resalta la satisfacción de los alimentos anteriores.

Pasteles Borrachos



Estos pasteles borrachos se preparan con un bizcocho genovés que se empapuza en almíbar aromatizado y se corona con crema pastelera caramelizada.





Ingredientes:


Bizcocho

- Cuatro huevos a temperatura ambiente
- 120 gr de azúcar
- 120 gr de harina de repostería


Almíbar de calar

- 250 gr de agua
- 200 gr de azúcar
- 100 gr de ron blanco
- 20 gr de Cointreau


Crema pastelera

- 150 gr de leche
- 150 gr de azúcar
- Dos huevos
- 20 gr de maicena


Caramelizado final

- Azúcar adicional




Preparación





Preparamos el bizcocho genovés como es habitual: pesamos en la báscula la harina de repostería y la pasamos por colador o tamiz. Reservamos.

Cascamos los huevos y los ponemos en un bol; añadimos el azúcar. Montamos ambas cosas a velocidad media-alta en robot o con batidora de varillas, hasta que esponje, blanquee y alcance el punto de cinta.

Agregamos entonces la harina y mezclamos con espátula, con mucha delicadeza y movimientos envolventes, rebañando bien el fondo. 

Vertemos la mezcla en un molde rectangular forrado con papel de hornear y cocemos el bizcocho 30 minutos a 180ºC en el tercio inferior del horno.

Probamos con una brocheta que el bizcocho esté cocido y lo sacamos. Tirando del papel, lo pasamos a una rejilla para que se enfríe por completo.

Una vez frío, lo cortamos en rebanadas de unos 2,5 cm, que cortaremos a su vez por la mitad a lo alto. Reservamos.

Ponemos en un cazo la leche con la maicena; la desleímos con una cuchara hasta que no queden grumos.

Agregamos los huevos y el azúcar. Calentamos al fuego bajo sin dejar de remover con varillas o lengua de silicona, hasta que espese y hierva.

 Hervimos un minuto sin dejar de remover, retiramos del fuego, tapamos con plástico a piel y dejamos enfriar por completo.

Ponemos todos los ingredientes del almíbar en un cazo y cocemos suavemente unos dos minutos. Dejamos templar.

Introducimos cada porción de bizcocho brevemente en el almíbar y la ponemos a escurrir sobre una rejilla. Hacemos lo propio con todas las porciones de bizcocho.

Espolvoreamos con azúcar una cara de los bizcochos y caramelizamos con el soplete o un quemador; se crea una capa de caramelo dura que da firmeza al pastelito.

Pasamos la crema pastelera fría a una manga desechable. Les damos la vuelta a los pasteles para aplicar la crema pastelera por la cara no caramelizada.

Cortamos la punta de la manga de plástico y aplicamos la crema pastelera en una capa de aproximadamente 0,5 cm o un poco más.

Espolvoreamos una cucharadita de azúcar sobre la crema y quemamos de nuevo con soplete o quemador. 

Conviene ir haciendo esto por tandas, por ejemplo, espolvorear el azúcar solo encima de dos-tres pasteles cada vez, pues esta empieza de inmediato a absorber la humedad de la crema y ya no carameliza bien. 

Una vez aplicada la crema y habiendo caramelizado todos los borrachos, los ponemos en cápsulas normales de magdalena.

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