Las berlinas se elaboran con una masa fácil de hacer y con ingredientes comunes y, lo mejor de todo, es que no necesitan horno.
Ingredientes:
- 6 gr de levadura seca de panadería (o 18 gr de levadura fresca)
- 200 ml de leche
- 500 gr de harina de fuerza
- 2 huevos
- 60 gr de azúcar
- 10 gr de sal
- 100 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 400 ml de aceite de girasol para freír
- Azúcar glas para recubrirlas
- 250 gr de mermelada
Preparación
Pesamos y medimos todos los ingredientes de la masa y, en un bol amplio, disolvemos 6 gr de levadura seca en 200 ml de leche a temperatura ambiente.
Dejamos reposar la mezcla durante unos 10 minutos para que la levadura se hidrate y se active.
A continuación, añadimos 500 gr de harina de fuerza y hacemos un pequeño hueco en el centro en el que iremos agregando el resto de los ingredientes de la masa, excepto la mantequilla, 2 huevos, 60 gr de azúcar y 10 gr de sal.
Mezclamos bien y amasamos, a mano o con un robot de cocina, hasta que los ingredientes estén todos integrados.
A continuación, añadimos 100 gr de mantequilla a temperatura ambiente y seguimos amasando y plegando la masa. Si hacemos el amasado de forma manual, lo ideal es ir haciendo amasados de 5 minutos alternados con reposos de 10 minutos hasta conseguir una masa lisa y elástica.
Si usamos la amasadora, tendremos que amasar a velocidad suave, para que no se caliente la masa, durante unos 20 minutos.
Una vez lista, pasamos la masa a un bol limpio, la tapamos y la dejamos reposar durante unas 2 horas a temperatura ambiente o hasta que la masa duplique su volumen inicial.
Pasado este tiempo, ya podemos formar las berlinesas. Para ello, volcamos la masa en la mesa de trabajo y la estiramos con un rodillo, dejando un grosor de 1 cm aproximadamente.
Con un vaso o un cortador de unos 6 cm de diámetro, vamos cortando las bolas de fraile.
Una vez cortadas, dejamos las porciones de masa sobre cuadraditos de papel vegetal. Esto nos ayudará para no tener que manipularlas al añadirlas al aceite.
Una vez las tenemos todas listas, las pincelamos con un poco de aceite de girasol y las dejamos reposar 2 horas hasta que doblen su volumen de nuevo.
Tras este segundo levado, ya las podemos freír. Este es el paso más delicado ya que una buena fritura es lo que va a determinar una buena textura de la miga.
Mi consejo es que uséis un recipiente pequeño para freír solo una o dos masas de cada vez. De esta manera, al echarlas, apenas variará la temperatura del aceite y el resultado será óptimo.
Para freírlas, echamos unos 400 ml de aceite de girasol en un cazo y lo ponemos al fuego. Cuando el aceite esté a unos 180 °C, no más, cogemos una berlina y la echamos al aceite con el papel.
Observaremos cómo la masa crece un poco más. Retiramos el papel con unas pinzas y, cuando la masa esté dorada, le damos la vuelta.
Tardará unos dos minutos o menos en cocinarse. Es importante que el aceite no esté demasiado caliente para que no se forme costra y queden crudas dentro, y tampoco debe estar demasiado frío en cuyo caso quedarían aceitosas.
Una vez fritas y doradas, las vamos sacando para una rejilla o un plato con papel de cocina.
Cuando las tengamos todas fritas, las rellenamos con la mermelada, aunque quedan ideales con cualquier relleno. Para rellenarlas, ponemos 250 gr de relleno en una manga pastelera con una boquilla alargada y hacemos un agujero en el lateral de cada berlina.
Les vamos insertando el relleno hasta que veamos que llega al borde.
Una vez rellenas todas, las adornamos con azúcar glas.
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