Un dulce típico de Semana Santa que tiene su punto de partida en la cocina de aprovechamiento y que, como su nombre indica, tiene al pan como protagonista.
Ingredientes:
un poco duro mejor
- 4 huevos
- 1 pizca de azafrán
- 1 taza de agua
- aceite para freír
Para el almíbar
- ½ l de agua
- 1 pizca de anís
- 1 ramita de canela
- 60 gr de azúcar
- piel de naranja
- el zumo de un limón
Preparación
Empezamos preparando el almíbar. Para ello ponemos un cazo con el agua, el anís y la ramita de canela.
Lo ponemos al fuego y lo llevamos a ebullición y cuando rompa a hervir apagamos el fuego y dejamos a los ingredientes que se infusionen durante media hora.
En ese mismo cazo calentamos el azúcar junto con el agua especiada una vez colada, subimos el fuego y lo llevamos a ebullición para que el azúcar se disuelva y conseguir un almíbar ligero.
Cuando rompa a hervir le echamos la piel de naranja y el zumo de limón. Lo dejamos durante cinco minutos a fuego medio y lo retiramos del fuego.
Cogemos el pan y, con mimo, quitamos toda la corteza ayudándonos con cuchillo de sierra. Después, buscamos un rallador grueso y desmigamos todo el pan y lo guardamos en un bol.
Buscamos otro bol y batimos en este los huevos junto con el azúcar y el azafrán.
Vertemos la mezcla de huevos junto con las migas de pan y un chorrito de agua.
Con la ayuda de unas varillas, mezclamos bien los huevos y el azúcar hasta conseguir formar una masa densa.
Ahora, con dos cucharas, hacemos pequeñas bolas de masa de bocado y las reservamos.
Buscamos una sartén grande y profunda, la cubrimos hasta la mitad de aceite, la ponemos a fuego fuerte y freímos los panetes hasta que queden bien dorados.
Según los vayamos teniendo, los colocamos sobre una fuente con papel absorbente.
Por último, buscamos un recipiente profundo en el que echar un poco de almíbar en la base y coronar con cuatro o cinco panetes por ración.
Los panetes de Jaén caseros están listos para ser devorados.
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