Las mejores cosas de la vida son los dulces

Los postres son frutas o platos dulces que se sirven después de las comidas. Para algunas personas la hora del postre forma parte del momento más atractivo de la comida, ya que suelen ser los platos más coloridos de la mesa. Además, son un acompañamiento en cualquier momento del día, son dulces y en algunos casos agridulces. Los postres han sido considerados el broche de oro de las comidas, cuando éste es de excelente calidad resalta la satisfacción de los alimentos anteriores.

Galletas de chocolate y plátano




Tienen un sabor a galleta muy rico, complementado con el hecho de encontrarnos con trocitos de nuez y de chocolate a cada mordisco. 



Ingredientes:



- 115 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 80 gr de azúcar
- 1 huevo de tamaño mediano
- 150 gr de harina de trigo
- 1 cucharadita de levadura
- 20 gr de cacao puro en polvo
- 100 gr de chocolate negro 
- 50 gr de plátano maduro
- 100 gr de nueces peladas
- 100 gr de azúcar glas




Preparación 



Cortamos la mantequilla en cubos, la ponemos en un bol y la metemos 30 segundos a potencia media en el microondas.

En un recipiente amplio mezclamos la mantequilla y el azúcar.

 Solo necesitamos un tenedor, no hace falta batidora de varillas.

Añadimos el huevo y removemos para que se integre con la mantequilla y el azúcar.

Incorporamos la harina, la levadura  y el cacao. 

Removemos de nuevo con suavidad hasta que veamos que estén mezclados y entonces le damos con energía.

 Queremos obtener una masa homogénea en la que estén bien integrados todos los ingredientes.

A continuación agregamos el plátano troceado y lo machacamos con el tenedor al tiempo que lo introducimos en la masa. 

Cuanto más maduro esté el plátano, mejor y más fácil resultará la tarea.

Picamos las nueces y el chocolate a cuchillo, sin machacar ninguno de los dos ingredientes. 

Hay que dejar trozos que se noten después al morder las galletas, pero sin que sean demasiado grandes.

Los añadimos al recipiente y mezclamos de nuevo.

Nuestra masa ya está lista y es bastante pegajosa, así que necesitamos dejarla enfriar en la nevera un par de horas.

 Con ello tomará cuerpo y será más sencilla de manejar a la hora de formar las galletas.

Transcurrido el tiempo de reposo, tomamos porciones de la masa con una cuchara y las boleamos con las manos.

 Sí se nos queda pegada la masa a las manos, nos las podemos humedecer ligeramente con agua o una pizca de aceite.

 Procuramos que sean del mismo tamaño para que queden todas iguales.

Rebozamos cada bola en azúcar glas, generosamente y sin sacudir para retirar el exceso. 

En esta ocasión interesa que la capa de rebozado sea lo más gruesa posible para que se forme ese bonito efecto craquelado en el horno cuando las galletas crezcan con la cocción.

Colocamos las bolas de masa rebozadas sobre un par de bandejas de horno cubiertas con papel vegetal. 

Dejamos separación entre ellas para que, cuando crezcan en el horno, no se peguen unas a otras.

Introducimos las bandejas en el congelador y dejamos que enfríen durante 10 minutos. 

Mientras tanto, encendemos el horno y lo vamos precalentando a 180 ºC con calor arriba y abajo.

Introducimos las bandejas en el horno, en la parte más baja, y cocemos nuestras galletas durante 15 minutos aproximadamente.

 El tiempo dependerá del tamaño de las galletas.

Retiramos las bandejas del horno y dejamos que las galletas se enfríen en el horno antes de pasarlas a una fuente de servir.

 Al principio se verán muy frágiles, pero con el calor residual del metal se terminarán de cocer y al bajar la temperatura ganarán en resistencia.

Servimos completamente frías.


 


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