Las mejores cosas de la vida son los dulces

Los postres son frutas o platos dulces que se sirven después de las comidas. Para algunas personas la hora del postre forma parte del momento más atractivo de la comida, ya que suelen ser los platos más coloridos de la mesa. Además, son un acompañamiento en cualquier momento del día, son dulces y en algunos casos agridulces. Los postres han sido considerados el broche de oro de las comidas, cuando éste es de excelente calidad resalta la satisfacción de los alimentos anteriores.

Trufas de chocolate y naranja




Tenemos la receta perfecta para todos aquellos que podrían estar comiendo chocolate a todas horas trufas de chocolate y naranja.




Ingredientes:




Para las trufas


- 100 gr de anacardos en remojo
- 100 ml de leche 
- 150 gr de chocolate negro
- 2 cucharadas de aceite de coco
- 2 cucharadas de sirope de arce
- Ralladura de piel de naranja

 


Para el glaseado de chocolate


- 150 gr de chocolate negro
- 1 cucharada de aceite de coco





Preparación




Ponemos los anacardos a remojo en agua durante al menos cuatro horas. Transcurrido este tiempo, escurrimos y enjuagamos. A continuación, los ponemos en la batidora con la leche y mezclamos todo bien hasta que consigamos una crema uniforme y cremosa.

Ponemos la mezcla de leche y anacardos en una olla con el resto de ingredientes y la calentamos, sin dejar de remover, hasta que todo se haya derretido. 

Retiramos la olla del fuego, ponemos la mezcla en un bol y la dejamos enfriar. A continuación, metemos el bol en el frigorífico durante unas cuatro horas para que la mezcla cuaje y se endurezca.

Sacamos la mezcla del frigorífico, cogemos porciones individuales con una cuchara normal o una para bolas de helado y les damos forma redonda del tamaño de una nuez con las manos.

Colocamos las bolas en un plato o tabla de cortar y las metemos en el congelador durante 60 minutos, tapadas con film transparente.

Trituramos el chocolate negro en un bol y añadimos el aceite de coco. Derretimos la mezcla en el microondas o al baño maría. 

Una vez derretida, sumergimos las trufas una a una. Las colocamos  sobre un trozo de papel de horno  para poder despegarlos fácilmente después. 

Decoramos las trufas con un poco de ralladura de naranja y volvemos a meterlas en el frigorífico hasta que el glaseado de chocolate se haya endurecido.

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