Esta deliciosa receta combina la suavidad de la leche de almendras sin azúcar con la intensidad del chocolate, todo enriquecido con el exquisito sabor de la crema de avellanas.
Preparación
En una cacerola, calentamos la leche de almendras a fuego medio hasta que esté caliente pero no hirviendo.
Agregamos la crema de avellanas y el eritritol a la leche caliente.
Revolvemos constantemente hasta que la crema de avellanas y el edulcorante se hayan disuelto por completo y la mezcla esté suave.
Partimos las vainas de vainilla por la mitad a lo largo y raspamos las semillas con la punta de un cuchillo.
Agregamos las semillas y las vainas de vainilla a la mezcla caliente. Mezclamos bien.
Retiramos la cacerola del fuego y añadimos el chocolate sin azúcar picado. Removemos constantemente hasta que el chocolate se haya derretido por completo y la mezcla tenga una consistencia suave y homogénea.
Dejamos enfriar la mezcla a temperatura ambiente y luego la refrigeramos durante al menos 2 horas.
Una vez que la mezcla esté fría, retiramos las vainas de vainilla y la vertemos en una máquina para hacer helados.
Seguimos las instrucciones del fabricante para obtener una textura cremosa.
Si no tenemos una máquina para hacer helados, vertemos la mezcla en un recipiente apto para congelador, colocamos la mezcla en el congelador y la dejamos reposar durante aproximadamente 2 horas.
Cada 30 minutos, retiramos el recipiente del congelador y batimos vigorosamente la mezcla con un tenedor para romper los cristales de hielo y obtener una textura más suave.
Una vez que el helado tenga la consistencia deseada, agregamos las avellanas picadas si lo deseas, mezclándolas suavemente en el helado.
Transferimos el helado a un recipiente apto para congelador y lo cubrimos con papel film o una tapa hermética.
Lo dejamos en el congelador durante al menos 4 horas o hasta que esté completamente congelado.
Servimos el helado adornado con avellanas picadas adicionales.
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