el pequeño placer que nunca pasa de moda
Si hay un bocado capaz de conquistar a todos los paladares, son las trufas de chocolate. Pequeñas, delicadas y con una textura irresistible, estas joyas dulces combinan sencillez y elegancia en un solo bocado.
Las trufas de chocolate nacieron en Francia a finales del siglo XIX. Se dice que un chef, por accidente, mezcló nata caliente con chocolate fundido y creó una ganache tan cremosa que decidió moldearla en pequeñas bolas y cubrirla con cacao en polvo. El resultado le recordó a las trufas negras del bosque y así nació un clásico.
Las trufas de chocolate nacieron en Francia a finales del siglo XIX. Se dice que un chef, por accidente, mezcló nata caliente con chocolate fundido y creó una ganache tan cremosa que decidió moldearla en pequeñas bolas y cubrirla con cacao en polvo. El resultado le recordó a las trufas negras del bosque y así nació un clásico.
Lo mejor de las trufas de chocolate es que no necesitas muchos ingredientes para lograr algo espectacular.
A partir de ahí, las posibilidades son infinitas, puedes aromatizarlas con licor, café, ralladura de naranja, vainilla o incluso un toque de sal marina.
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