Ingredientes:
- 7 tomates de rama
- 5 gramos de jengibre fresco (puedes usar menos)
- 1 vaso de azúcar glas
- 1 cucharadita de sal
Preparación
Quítale la piel al tomate. Para hacerlo, puedes hacer un corte en cruz desde la base e introducirlo en agua hirviendo. De esta forma se escaldará y su piel saldrá con más facilidad. No los tengas más de 30 segundos en el agua. Cuando les quites la piel a todos los tomates, extrae sus simientes y córtalos en trozos medianos.
Ralla el trozo de jengibre y mézclalo con el tomate y el azúcar en una cacerola. Tápala y cuece los ingredientes durante 40 minutos, no olvides remover de vez en cuando para que vaya formándose la confitura y se pierda el agua.
A mitad de cocción, añade un pellizco de sal. Esto neutraliza el punto de acidez exacto que necesita el tomate, además de potenciar su sabor.
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