Tiene pocos ingredientes, es muy sencilla de preparar y no precisa de horno.
Ingredientes:
- Un melón de 1kg
- 250 gr de galletas María
- 45 gr de mantequilla
- 2 tazas de horchata
- 12 hojas de gelatina blanca
- 2 cucharadas soperas de menta
Preparación
Forramos un molde desmontable con papel para hornear.
En una sartén o cazo al fuego añadimos la mantequilla y la calentamos con la llama media hasta que se derrita. La retiramos del fuego y la dejamos reposar hasta que se enfríe.
Trituramos las galletas con un robot de cocina o bien introduciéndolas en una bolsa de plástico y aplastándolas con un rodillo.
Cuando estén bien trituradas o desmenuzadas (como prefieras) las colocamos en un bol y le añadimos la mantequilla hasta conseguir una pasta homogénea.
Vertemos la pasta sobre el molde y ejercemos presión hasta que nos quede una capa compacta.
Reservamos la pasta en la nevera durante 30 minutos.
Mientras que se enfría, cortamos el melón por la mitad y desechamos las semillas. Extraemos 4 o más bolas de pulpa y las reservamos para decorar la tarta luego.
Retiramos toda la cáscara y cortamos el relleno del melón en trozos.
Introducimos los trozos en la batidora, añadimos una taza de horchata y trituramos todo hasta obtener una textura cremosa, similar a la de un puré.
Añadimos la menta después de lavarla, secarla y picarla muy finamente y removemos.
Hidratamos las hojas de gelatina, sumergidas en agua por un periodo de 15 minutos.
En lo que se hidrata la gelatina, calentamos el resto de la horchata en un cazo a fuego medio. Añadimos las hojas de gelatina, previamente escurridas y removemos hasta que desaparezcan.
Agregamos 3 cucharadas del puré de melón y removemos, todavía en el fuego, durante unos segundos.
Lo retiramos del fuego y lo añadimos al resto del puré removiendo la mezcla en todo momento.
Vertemos todo sobre la base de galletas y reservamos en la nevera durante 4 horas hasta que cuaje.
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