Las mejores cosas de la vida son los dulces

Los postres son frutas o platos dulces que se sirven después de las comidas. Para algunas personas la hora del postre forma parte del momento más atractivo de la comida, ya que suelen ser los platos más coloridos de la mesa. Además, son un acompañamiento en cualquier momento del día, son dulces y en algunos casos agridulces. Los postres han sido considerados el broche de oro de las comidas, cuando éste es de excelente calidad resalta la satisfacción de los alimentos anteriores.

Canelones de melón rellenos de nata y crema quemada




Son unos deliciosos canelones de melón, preparados con láminas bien finas de esta fruta tan veraniega y dulce, que se rellenan con nata montada y se coronan con una capa de crema que se quema con un soplete de cocina.




Ingredientes:



- ½ melón
- 500 ml de nata para montar
- 20 gr de azúcar



Para la crema

- 500 ml de leche
- 1 limón
- 1 vaina de vainilla
- 40 gr de harina de maíz
- 120 gr de azúcar
- 2 yemas de huevo


Para decorar

- Hojas de menta fresca




Preparación




Colocamos la nata en un cuenco y la dejamos 5 minutos en el congelador para que esté bien fría. Le añadimos los 20 gr de azúcar y la batimos, mejor con varillas eléctricas, hasta que esté montada. 

La pasamos a una manga pastelera con boquilla ancha y estriada, y la reservamos en la nevera.

Lavamos el limón, lo secamos y lo pelamos; retiramos solo la parte amarilla, pues la blanca amarga. Ponemos un cazo al fuego con 400 ml de leche, la piel de limón y la vainilla abierta por la mitad a lo largo. Llevamos a ebullición, dejamos que se temple y colamos.

Mezclamos la maicena con 80 gr de azúcar y los disolvemos en la leche restante. Agregamos esta preparación a la leche aromatizada y cocemos, removiendo con unas varillas, hasta que espese.

 Retiramos del fuego, continuamos mezclando con las varillas hasta que se temple e incorporamos después las yemas, una a una.

Pelamos parte del melón y vamos cortando la pulpa en láminas finas y todo lo anchas que puedas. Las ponemos en la superficie de trabajo de tres en tres, a lo largo y ligeramente acaballadas, y las enrollamos para darles forma de canelón. 

Introducimos en uno de los extremos la boquilla de la manga pastelera y los rellenamos con la nata.

Cubrimos los rollitos con la crema, espolvoreamos la superficie con el azúcar restante y la quemamos con un soplete de cocina. 

Decoramos con la menta lavada y seca, y servimos.



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