El que te propongo hoy se trata de un bizcocho que no se necesita ni azúcar ni harina. Sorprendentemente, queda buenísimo.
Ingredientes:
- 3 huevos
- 1 manzana grande rallada
- 1/4 de taza de leche
- 2 cucharadas de semillas de chía
- 1 taza de coco rallado
- 1/2 taza de almendra molida
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 1/2 cucharadita de canela en polvo
- Una pizca de sal
Para el molde
- Aceite vegetal
Preparación
Engrasamos un molde rectangular con un poco de aceite vegetal o, si lo prefieres, cúbrelo con papel de horno. Precalentamos el horno a 180º C y ponemos a hidratar las semillas de chía.
Para hacerlo, vertemos la leche en un bol y añadimos las semillas, removemos un poco y esperamos 10 minutos. Mientras, rallamos la pulpa de la manzana.
Cascamos los huevos en un cuenco amplio y los batimos con varillas manuales. Cuando estén espumosos, agregamos la manzana rallada y las semillas de chía y batimos de nuevo para mezclar los ingredientes.
Ahora, añadimos el coco rallado, la almendra molida, la levadura, la canela y una pizca de sal. Batimos de nuevo hasta obtener una masa homogénea y la vertemos dentro del molde. Alisamos la superficie con una espátula de cocina.
Introducimos el molde en el horno y cocemos el bizcocho durante unos 35 minutos, hasta que la superficie esté dorada y, al pincharlo con un palillo, este salga limpio de masa.
Si vemos que sale manchado de masa cruda, prolongamos la cocción del bizcocho unos 5 minutos más y volvemos a hacer la prueba de la cocción.
Cuando el bizcocho esté cocido, lo retiramos del horno y esperamos a que se enfríe para desmoldarlo y servirlo.
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