Galletas de mantequilla de cacahuete


Siguiendo los pasos esta sencilla receta de galletas de mantequilla de cacahuete te van a salir a la primera. Un capricho de la repostería americana que no te puedes perder.





Ingredientes:


- 150 gr harina de trigo
- 125 gr de mantequilla sin sal
- 125 gr de mantequilla de cacahuete
- 150 gr de azúcar moreno
- 125 gr de cacahuetes pelados y sin sal
- 1 huevo
- ½ cucharadita de polvo de hornear


Preparación




En un bol mediano o en el de la batidora, añadimos la mantequilla cortada en trocitos y a temperatura ambiente, junto con el azúcar.

Mezclamos todo bien hasta que el azúcar quede bien incorporado y la mezcla tome un color blanquecino.

Añadimos la mantequilla de cacahuete y seguimos batiendo.

Agregamos el huevo y continuamos mezclando con las varillas hasta que se integre perfectamente. Pasamos la lengua pastelera para comprobar que la mezcla está bien unificada.

Ahora incorporamos la harina junto con la sal y la levadura química o polvo de hornear, todo tamizado y comenzamos a mezclar de nuevo con la espátula durante 3 o 4 minutos hasta formar una especie de masa bien compacta.

Añadimos los cacahuetes y formamos una bola con la masa, la dejamos dentro del bol tapado con film y reposando en la nevera por 30 minutos.

Precalentamos el horno a 190º C con calor arriba y abajo, mientras sacamos la masa de la nevera y hacemos bolas del mismo peso aproximadamente de unos 35 gr y las vamos poniendo sobre la bandeja de hornear forrada con papel vegetal o mantel de silicona un poco aceitado.

Las aplastamos un poco con la mano y las dibujamos con un tenedor marcándolas en cruz, dejamos una separación de unos 5 cm entre cada una, para que cuando se expandan al hornear no se nos peguen. Su tamaño con este peso al hornear serán de unos 5 cm de diámetro, pero puedes hacerlas más pequeñas.

Las llevamos al horno, las colocamos en la parte inferior y dejamos que se hagan por unos 12 minutos.

Pasado el tiempo las retiramos y las dejamos unos cinco minutos reposar antes de pasar a una rejilla para que se enfríen, ya que están aún blandas y se pueden romper. Preparamos otra tanda de galletas y repetimos la operación.

Una vez frías adquieren consistencia y las puedes meter en un bote hermético para comerlas en cualquier momento.


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