Un exquisito y fresco postre, perfecto para los calurosos días de verano. Aunque, como las naranjas y mandarinas siempre están de temporada, esta es una tarta que podemos preparar cualquier día del año.
Ingredientes:
Para la base
- 190 gr de galletas tipo maría
- 110 gr de mantequilla
Para el relleno
- 330 gr de queso cremoso (tipo Philadelphia) a temperatura ambiente.
- 200 ml de leche condensada
- 150 ml de zumo de mandarina fresco
- 100 ml de nata para montar fría
- 50 ml de leche
- 5 láminas de gelatina neutra
- Una cucharadita de ralladura de mandarina
Para la cobertura
- 335 ml de zumo de mandarina fresco
- 4 láminas de gelatina neutra
Preparación
Forramos el molde que utilizaremos para hornear la tarta con film transparente.
Derretimos la mantequilla en el microondas y la dejamos enfriar a temperatura ambiente.
Trituramos las galletas hasta obtener una textura de grano fino (nunca de polvo) y las colocamos en un bol.
Añadimos la mantequilla derretida y fría a las galletas que hemos triturado y las mezclamos hasta que se integren adecuadamente.
Vertemos la mezcla en el molde y la extendemos con la ayuda de una cuchara, presionando de forma sutil, puesto que si presionamos demasiado quedaría una base demasiado compacta, dura y difícil de cortar.
Reservamos en la nevera, mientras preparamos el resto de elaboraciones.
Hidratamos en agua fría las láminas de gelatina durante unos minutos.
Mientras se hidratan, batimos el queso crema la leche condensada y la nata con unas varillas eléctricas a velocidad media, hasta conseguir una mezcla cremosa y espesa.
Añadimos la ralladura y el zumo de mandarina, mezclando para que se integren bien todos los ingredientes.
Reservamos la crema a temperatura ambiente.
Escurrimos bien la gelatina y las vertemos en un recipiente. Agregamos la leche caliente y mezclamos bien hasta que la gelatina se diluya completamente. Dejamos que se enfríe.
Una vez templada la gelatina la añadimos a la crema de queso y la batimos bien.
Vertemos todo sobre la base de galletas y lo reservamos nuevamente en la nevera por unas 2 horas para que cuajen los ingredientes.
Hidratamos las láminas para la cobertura de gelatina con agua fría
En un cazo al fuego calentamos el resto del zumo de mandarina y lo retiramos antes de comience a hervir.
Escurrimos la gelatina y las agregamos al zumo de mandarina, removiendo para que se disuelvan.
Vertemos la gelatina sobre la crema de queso, cuando ya han pasado las dos horas de reposo en la nevera.
Reservamos la tarta nuevamente en la nevera, donde debe permanecer durante 4 o 5 horas aproximadamente para que cuaje la cobertura.
Pasado ese tiempo la sacamos de la nevera y la desmoldamos con la ayuda de un cuchillo.
* Al necesitar tanto tiempo en la nevera para que cuajen los ingredientes, te recomiendo prepararla de un día para otro. Así te aseguras que queda perfecta.
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