Un postre muy ligero y delicado que no hará pesada tu digestión y que, por tanto, es ideal para después de una comida contundente.
Ingredientes:
- 5 huevos
- 2 manzanas medianas
- 250 gr de azúcar
- 2 ramas de canela
Para el caramelo
- 3 o 4 cucharadas de azúcar
- un poco de agua
Preparación
Añadimos en un cazo 3 o 4 cucharadas de azúcar, una grande de agua y lo ponemos a cocinar a fuego medio. Vamos removiendo la mezcla con una cuchara hasta que veamos que esta adquiere el color propio del caramelo, es decir, un ligero tono dorado-anaranjado. Una vez listo, lo verternos en el molde que vayamos a utilizar, untando bien las paredes del mismo.
Lavamos bien las manzanas, las pelamos, las quitamos el corazón y las cortamos en trozos más bien pequeños.
Colocamos una cazuela en el fuego, agregamos la leche, el azúcar, las ramas de canela y las manzanas troceadas. Dejamos que todos los ingredientes se cocinen a fuego lento hasta que la leche hierva y la manzana se vuelva tierna.
Una vez tierna, retiramos la canela y pasamos la mezcla por la batidora o licuadora para que quede homogénea.
Cogemos un recipiente y batimos los huevos de forma enérgica con la ayuda de unas varillas manuales. Mezclamos los huevos batidos con la especie de compota de manzana que hemos preparado anteriormente, y removemos hasta que los ingredientes se hayan integrado por completo.
Vertemos la mezcla anterior en la flanera o moldes con cuidado y la cocinamos en el horno al baño María, durante 60 minutos, aproximadamente.
Una vez cocido lo sacamos del horno y esperamos a que se enfríe a temperatura ambiente y, luego, lo metemos en el frigorífico hasta que llegue el momento de servir.
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