Esta tarta de queso que te proponemos es sin horno, con gelatina y mucho frío. El único inconveniente es que tendrás que dejarla un tiempo en la nevera para que se enfríe.
Ingredientes:
Para la tarta
- 350 gr de Queso crema
- 3 Hojas de gelatina
- 350 gr de Nata para montar
- 75 gr de Azúcar
- 150 gr de Magdalenas
- 75 gr de Mantequilla
Para la cobertura
- 200 gr de Mermelada de fresa
- 2 Hojas de gelatina
- Frutos rojos
Preparación
Desmigamos las magdalenas en un bol, mezclamos con la mantequilla derretida y ponemos esta masa en la base de un molde desmontable (de 24 centímetros), alisando la superficie con una cuchara para que quede plana. Reservamos en la nevera.
Ponemos a remojar 3 láminas de gelatina en agua fría durante unos 5 minutos para que se ablanden.
En un cazo fuego medio echamos 100 gramos de nata junto con el azúcar y la gelatina escurrida y removemos bien todo.
Añadimos el resto de la nata y el queso y lo mezclamos bien hasta que se integre todo (si quedan grumos es recomendable batir con la batidora de mano).
Sacamos el molde de la nevera y vertemos sobre la base de magdalenas la mezcla anterior.
Mete la tarta en la nevera durante unas 3 horas mínimo hasta que se solidifique.
Remojamos las 2 hojas de gelatina en agua fría.
Calentamos la mermelada en el microondas y añadimos la gelatina, mezclando todo hasta que se disuelva.
Añadimos la cobertura a la tarta de queso cuando esté solidificada (nunca antes). La cobertura deberá tener un grosor de 1-2 centímetros para que se note el sabor a fruta.
Introducimos como mínimo otra hora en el frigorífico para que se solidifique la cobertura.
10 minutos antes de servir, sacamos la tarta de queso de la nevera y decoramos con unas fresas o frutos rojos.
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