Ingredientes:
- 300 gr de almendra molida
- 200 gr de miel clara
- 50 gr de azúcar
- 30 gr de clara de huevo pasteurizada
- canela
- ralladura de limón
- 1 pizca de sal
Preparación
Primero tostaremos las almendras en una sartén amplia a fuego medio, removiendo constantemente unos minutos hasta que empiecen a dorarse y emitan su aroma característico. Retirar y dejar enfriar.
Si usamos las almendras enteras tendremos que molerlas, preferiblemente con una picadora, o batidora de vaso bien potente. Podemos ajustar la textura al gusto, más o menos fina. Algunos trocitos más enteros aportan una textura muy interesante
Ponemos un cazo al fuego con la miel y el azúcar, calentamos a potencia baja y coceremos hasta que formen una masa semilíquida y homogénea, removiendo con suavidad. Retiramos del fuego.
Batimos con un tenedor o varillas la clara de huevo hasta que espume y la incorporamos al cazo, removiendo rápidamente. Devolvemos al fuego, a temperatura muy baja, y cocemos removiendo sin cesar hasta que se forme una crema espesa evitando siempre que cuaje la clara.
Retiramos del fuego e incorporamos la almendra, la canela, una pizca de sal y, si usamos, la ralladura fina de 1/2 limón lavado, solo la parte amarilla. Amasamos el conjunto con energía hasta tener una masa bastante espesa pero maleable.
Llevamos la masa al molde, apretando muy bien para que no queden burbujas, cubrimos con plástico film o una hoja de papel vegetal y ponemos un peso encima (por ejemplo, un Brik de leche). Esperamos a que se enfrié un poco y después dejaremos enfriar en la nevera al menos seis horas, o toda la noche, con el peso encima.
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