Las mejores cosas de la vida son los dulces

Los postres son frutas o platos dulces que se sirven después de las comidas. Para algunas personas la hora del postre forma parte del momento más atractivo de la comida, ya que suelen ser los platos más coloridos de la mesa. Además, son un acompañamiento en cualquier momento del día, son dulces y en algunos casos agridulces. Los postres han sido considerados el broche de oro de las comidas, cuando éste es de excelente calidad resalta la satisfacción de los alimentos anteriores.

Hojuelas de la abuela

 


Crujientes y deliciosas, son de esas recetas, sencillas y humildes, pero llenas de sabor, que pasan de  generación en generación, y que vale la pena mantener en los recetarios familiares. 




Ingredientes:



- 420 gr de harina de trigo
- ½ cucharaditas de levadura en polvo
- 90 ml de aceite suave
- 30 ml de agua de azahar
- 2 huevos
- Sal
- ½ limón
- Aceite de oliva
- 200 gr de azúcar
- 4 cucharadas de miel




Preparación




Cascamos los huevos en un cuenco y los batimos. Sin dejar de remover, vamos añadiendo el aceite suave, el agua de azahar, una pizca de sal, el zumo del limón exprimido y 30 ml de agua, y seguimos batiendo hasta que obtengamos una mezcla de textura cremosa.

Tamizamos 400 gr de harina junto con la levadura en otro cuenco y vamos añadiéndolas a la mezcla anterior, poco a poco, mientras removemos hasta que se integren por completo.

Enharinamos la superficie de trabajo, volcamos la masa obtenida y la trabajamos con las manos; la doblamos por la mitad, le damos la vuelta y volvemos a doblarla. 

Repetimos la operación 3 o 4 veces más para que coja aire.

Dividimos la masa en 4 o 6 partes iguales y pasamos un rodillo por encima de cada una de ellas para dejarlas lo más finas que sea posible; las cortamos entonces en tiras de unos 4 x 30 cm.

Ponemos al fuego una sartén con abundante aceite y lo calentamos. Introducimos una de las tiras sujeta a las púas de un tenedor y vamos enrollándola a medida que la vamos friendo.

Cuando la hojuela esté bien doradita, la retiramos y dejamos que escurra el exceso de grasa sobre un plato forrado con papel absorbente; repetimos con el resto de las tiras de masa.

Calentamos 100 ml de agua con el azúcar en un cazo hasta que obtengamos un almíbar. Agregamos la miel y cocemos hasta darle el punto de hebra; lo notarás cuando al coger una cucharada y dejarla caer desde arriba se forme un hilo fino que se corta y sube.

Retiramos el almíbar del fuego y dejamos que se temple. Luego, regamos las hojuelas y las servimos.

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