Las mejores cosas de la vida son los dulces

Los postres son frutas o platos dulces que se sirven después de las comidas. Para algunas personas la hora del postre forma parte del momento más atractivo de la comida, ya que suelen ser los platos más coloridos de la mesa. Además, son un acompañamiento en cualquier momento del día, son dulces y en algunos casos agridulces. Los postres han sido considerados el broche de oro de las comidas, cuando éste es de excelente calidad resalta la satisfacción de los alimentos anteriores.

Tarta San Marcos




Como cualquier tarta, la harina, los huevos y el azúcar son algunos de sus ingredientes principales.






Ingredientes:




- 200 gr de harina
- 200 gr de azúcar glas
- 110 ml de nata líquida
- 70 gr de mantequilla derretida
- 1 gr de sal
- 4 huevos
- 1 cucharadita de levadura química
- 550 ml de nata para montar
- 160 gr de azúcar.
- 40 gr de cacao en polvo
- 170 gr de azúcar
- 20 gr de maicena
- 4 yemas



Preparación




Precalentamos el horno a 150° C y luego engrasaremos un molde con mantequilla.

Mezclamos los huevos con la nata, el azúcar glas y la sal, y los batimos con movimientos envolventes de manera manual o con la ayuda de una batidora eléctrica.

Con un colador, tamizamos la harina y la levadura sobre la mezcla anterior, mientras incorporamos todos los ingredientes con una varilla manual.

Añadimos la mantequilla y continuamos batiendo hasta que se integre.

Vertemos la mezcla en el molde previamente engrasado y horneamos el bizcocho durante 45 minutos aproximadamente.

Una vez pasado este tiempo, desmoldamos y dejamos enfriar a temperatura ambiente.

Montamos la nata junto a los 160 gr de azúcar.

La dividimos a la mitad y en una de ellas agregamos el cacao en polvo y mezclamos bien para que se integre a la nata. 

Reservamos ambas elaboraciones en la nevera.

En un cazo al fuego vertemos 150 ml de agua y 150 gr de azúcar (el resto lo reservamos para tostar la yema) y lo dejamos unos 2 minutos, hasta que comience a hervir. El objetivo es obtener un almíbar.

En otro recipiente batimos las yemas junto a la maicena.

Una vez que esté listo el almíbar, mientras está caliente, lo vertemos poco a poco sobre las yemas en forma de hilo. Durante el proceso continuamos batiendo para que no se cuajen las yemas.

Una vez integrados volvemos a colocar la mezcla al fuego hasta que hierva y tenga una consistencia espesa. Importante no dejar de remover la elaboración en todo momento.

 Tapamos el cazo con papel film y dejamos enfriar a temperatura ambiente.

Cortamos el bizcocho en tres porciones idénticas. Las colocamos una encima de otras y cubrimos todo con la yema. Espolvoreamos con el azúcar que habíamos reservado y con un soplete quemamos todo hasta conseguir ese color tostado.

Separamos las capas de bizcocho y reservamos la capa superior en el congelador, mientras terminamos de montar la tarta.

Ponemos una de las capas de base en la bandeja donde serviremos la tarta y la cubrimos con la nata montada que hemos reservado.

Colocamos encima otra capa de bizcocho, cubrimos con la nata con cacao y finalizamos el montaje con el bizcocho que hemos tostado.

Reservamos la tarta en la nevera un par de horas y dejamos que se enfríe.


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