Cuando el calor aprieta, encender el horno es lo que menos apetece. Si te apetece una tarta de postre, puedes preparar esta, una tarta de queso y limón, refrescante y deliciosa que, además, se hace sin ningún tipo de cocción.
Ingredientes:
- 300 gr de queso crema
- 500 ml de nata para montar
- 80 gr de azúcar
- 1 sobre de gelatina de limón
- 375 ml de agua
- Sobaos para la base
- 4 cucharadas soperas de mermelada de arándanos
Preparación
Calentamos el agua en el microondas en un bol de cristal, sin que llegue a hervir, y añadimos el sobre de gelatina de limón, removiendo con una cuchara hasta que se disuelva por completo. Dejamos que se enfríe ligeramente.
En un recipiente grande ponemos el queso, la nata para montar y el azúcar. Removemos con unas varillas, hasta que el queso se vaya deshaciendo y consigamos una mezcla cremosa y sin grumos.
Una vez se haya templado la gelatina, la incorporamos al recipiente de la crema de queso y nata, y mezclamos hasta que quede completamente integrada.
Engrasamos el interior del molde con un poco de aceite de oliva para que resulte más fácil desmoldar la tarta después. Lo cubrimos con la mermelada y las esparcimos bien por todo el fondo del molde. Vertemos la mezcla en el molde y lo golpeamos sobre la encimera dos o tres veces para evitar que queden burbujas en la tarta.
Cubrimos la superficie de la mezcla con sobaos pasiegos, colocándolos con la parte inferior hacia arriba.
Si lo prefieres, puedes utilizar cualquier tipo de bizcocho plano para hacer la base de la tarta.
Tapamos con film de cocina y metemos el molde en la nevera durante cuatro horas como mínimo.
Lo ideal es dejarlo hasta el día siguiente.
A la hora de servirlo lo desmoldamos y le damos la vuelta. Lo servimos frio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario