Al hacerse sin horno, resulta perfecta como opción dulce para aquellos que no disponen de él, o los que no se sienten cómodos vigilando tiempos de cocción.
Ingredientes:
para la base
- 115 gr de Galletas Oreo sin el relleno
- 50 gr de Mantequilla
- 200 gr de Chocolate blanco de repostería
Para el relleno
- 100 ml de Nata líquida para montar
- 125 gr de Queso mascarpone
- 6 gr de Gelatina en láminas
- 250 gr de Frambuesas para el relleno
Preparación
Comenzaremos retirando el relleno de las galletas Oreo hasta juntar los 115 gr de galletas.
Echamos estas en un robot picador, o las trituramos finas con un rodillo de cocina dentro de una bolsa de congelación, le añadimos la mantequilla derretida y formamos una pasta con la que forraremos la base de un aro de pastelería de unos 16 centímetros de diámetro, puesto sobre una bandeja forrada con papel de horno. Refrigeramos.
Para la mousse ponemos en un bol con abundante agua fría las hojas de gelatina a hidratar durante 10 minutos.
En un bol echamos el chocolate picado y lo derretimos con cuidado al baño maría o en el microondas. Reservamos.
Ponemos un cazo y calentamos la nata hasta que comience a hervir, retiramos del fuego y añadimos las hojas de gelatina escurridas, vertemos en tres veces, removiendo con una espátula de silicona, sobre el chocolate blanco fundido, hasta lograr una ganache lisa y brillante.
Le añadimos suavemente el queso mascarpone a temperatura ambiente, y rellenamos el aro para formar la tarta.
Dejamos refrigerar durante cinco horas antes de desmoldar.
Decoramos con frambuesas frescas y servimos.
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