Uno de los trucos que esconde este bizcocho reside en el chocolate blanco, consigue que la masa nos quede mucho más suave. Si a esto le añades la combinación irresistible de las almendras molidas y el toque de ron, estas ante un plumcake único, perfecto hasta para los paladares más difíciles de contentar.
Ingredientes:
- 180 gr de Chocolate Blanco
- 200 gr de Mantequilla
- 150 gr de Azúcar
- 4 Huevos
- 250 gr de Harina
- 1 sobre de Levadura En Polvo
- 60 ml de Leche
- 25 gr de Almendras molidas
- 1 cucharada de Ron
- 65 gr de Frutas Confitadas
- 1 pizca de Sal
Preparación
Precalentamos el horno a 180 °C.
En un baño María, derretimos el chocolate blanco junto con la mantequilla y dejamos entibiar un poco. Mientras, en un bol, batimos los huevos con el azúcar hasta que la mezcla tome un color pálido y se esponje, doblando su volumen.
Agregamos la mezcla de chocolate y mantequilla a los huevos batidos y removemos bien para integrar todo.
Vertemos la leche y tamizamos sobre la mezcla la harina junto con la levadura y una pizca de sal. Añadimos las almendras molidas y la cucharada de ron, mezclando todo hasta obtener una masa homogénea.
Finalmente, incorporamos las frutas confitadas, previamente cortadas en trocitos pequeños para que se distribuyan bien por toda la masa.
Engrasamos un molde para plumcake con un poco de mantequilla o usamos papel de hornear, y vertemos la masa.
Lo llevamos al horno y horneamos durante unos 45 minutos, o hasta que al insertar un palillo, este salga limpio.
Dejamos enfriar el plumcake en una rejilla antes de desmoldar y servir.
Este paso es clave para que el bizcocho mantenga toda su esponjosidad y no se rompa al desmoldarlo.
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