Las mejores cosas de la vida son los dulces

Los postres son frutas o platos dulces que se sirven después de las comidas. Para algunas personas la hora del postre forma parte del momento más atractivo de la comida, ya que suelen ser los platos más coloridos de la mesa. Además, son un acompañamiento en cualquier momento del día, son dulces y en algunos casos agridulces. Los postres han sido considerados el broche de oro de las comidas, cuando éste es de excelente calidad resalta la satisfacción de los alimentos anteriores.

Tarta helada de nata y chocolate crujiente

 



Hoy te proponemos una versión de la conocidísima tarta helada Comtessa o Viennetta. Sus capas de nata y chocolate crujiente eran un clásico de las sobremesas de antaño. 





Ingredientes:




- 200 gr de chocolate negro fondant
- 3 huevos
- 450 ml de nata para montar
- 120 gr de azúcar
- Virutas de chocolate negro
- Hojas de menta




Preparación



Troceamos el chocolate y  lo colocamos en un cuenco refractario, introducimos este en un cazo con un fondo de agua y calentamos, al baño María y vamos removiendo, hasta que el chocolate esté completamente fundido y obtengamos una crema homogénea.

Cubrimos la superficie de trabajo con papel de hornear, vertemos la sexta parte del chocolate y lo extendemos hasta formar un rectángulo fino del mismo tamaño que el fondo del molde. 

Repetimos la operación para conseguir otros 5 rectángulos más. Dejamos que se templen y los introducimos en la nevera para que el chocolate se endurezca y quede crujiente.

Batimos la nata ligeramente con la mitad del azúcar y la dejamos en la nevera. 

Cascamos los huevos separando las yemas de las claras. Reservamos las primeras en la nevera para otra receta y montamos las últimas a punto de nieve con el resto del azúcar, con varillas eléctricas. 

Añadimos este merengue a la nata y mezclamos con una espátula.

Separamos los rectángulos de chocolate del papel con mucho cuidado para que no se rompan.

 Disponemos uno en el fondo de un molde alargado y lo cubrimos con un poco de la nata batida.

Terminamos de montar la tarta como si fuera un milhojas, alternando capas de ambos ingredientes hasta agotarlos.

 Cubrimos con film de cocina y dejamos en el congelador un mínimo de 12 horas.

La retiramos unos minutos antes de servirla y la desmoldamos volcándola sobre una fuente. 

La decoramos con las virutas de chocolate y la menta lavada y seca.



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