Las mejores cosas de la vida son los dulces

Los postres son frutas o platos dulces que se sirven después de las comidas. Para algunas personas la hora del postre forma parte del momento más atractivo de la comida, ya que suelen ser los platos más coloridos de la mesa. Además, son un acompañamiento en cualquier momento del día, son dulces y en algunos casos agridulces. Los postres han sido considerados el broche de oro de las comidas, cuando éste es de excelente calidad resalta la satisfacción de los alimentos anteriores.

Maxibon Casero




El helado de Maxibon casero es una maravillosa versión artesanal de este clásico helado. Con sus capas de cremoso helado de vainilla entre dos suaves galletas de chocolate y una capa de chocolate crujiente, es un verdadero placer.




Ingredientes:


- 1 l de nata líquida para montar
- 240 gr de leche condensada
- 200 gr de pepitas de chocolate
- 30 gr de galletas cuadradas
- 120 ml de leche
- extracto de vainilla
- 140 gr de aceite de coco
- 300 gr de chocolate de cobertura
- crocanti de avellana




Preparación 



Mezclamos la leche condensada con la esencia de vainilla, reservando esta combinación.

 Luego, con una batidora de varillas, batimos la nata fría hasta alcanzar una consistencia firme y lograr picos.

Unimos la mezcla de leche condensada con la nata montada, removiendo con suavidad utilizando una espátula, e incorporamos las pepitas de chocolate para conseguir una mezcla homogénea.

Preparamos un molde rectangular, previamente forrado con papel de horno, de aproximadamente 30 x 40 cm. 

Empapamos ligeramente las galletas en leche y las acomodamos a lo largo en ambas partes largas del molde, asegurándonos de que los dibujos de las galletas queden hacia arriba.

Vertemos la crema sobre las galletas y la extendemos con cuidado, dejándola con un grosor uniforme. 

Repetimos el proceso con otra capa de galletas remojadas en leche, presionando ligeramente para que se hundan levemente en la crema. 

Cubrimos el molde y lo llevamos al congelador hasta el día siguiente.

Para la crujiente cobertura, fundimos la cobertura de chocolate junto con el suave aceite de coco y lo dejamos enfriar a temperatura ambiente.

Luego, retiramos el molde del congelador y cortamos el helado con un cuchillo afilado, siguiendo las líneas de las galletas como guía.

Bañamos la zona del helado que no tiene galleta en la cobertura, espolvoreándole el delicioso granillo de avellana y dejándolo secar unos minutos.

 Repetimos el baño de chocolate, pero esta vez sin añadir el granillo.

Finalmente, colocamos los helados en una bandeja y los llevamos al congelador hasta el momento de servirlos.




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