Las mejores cosas de la vida son los dulces

Los postres son frutas o platos dulces que se sirven después de las comidas. Para algunas personas la hora del postre forma parte del momento más atractivo de la comida, ya que suelen ser los platos más coloridos de la mesa. Además, son un acompañamiento en cualquier momento del día, son dulces y en algunos casos agridulces. Los postres han sido considerados el broche de oro de las comidas, cuando éste es de excelente calidad resalta la satisfacción de los alimentos anteriores.

Helado de Stracciatella




El helado de stracciatella es una de esas recetas que, aunque suene sofisticada, no requiere ingredientes exóticos ni habilidades de chef.   





Ingredientes:



- 500 ml de nata  para montar
- 200 ml de leche entera
- 100 gr de azúcar
- 100 gr de chocolate negro 
- 2 cucharaditas de esencia de vainilla
- Una pizca de sal
- 4 yemas de huevo




Preparación 



Calentamos la leche junto con la nata en una cacerola a fuego medio. No queremos que hierva, sólo que esté caliente.

Mientras la leche y la nata se calientan, cogemos otro bol y batimos las yemas de huevo con el azúcar y una pizca de sal hasta que la mezcla esté cremosa y de un color amarillo claro. 

Añadimos un poco de la leche caliente a las yemas batidas para que no se cuajen.

.Después, vertemos esta mezcla lentamente en la cacerola con la leche restante, removiendo constantemente.

 La idea es que se espese un poco, como si estuviéramos haciendo unas natillas.

Retiramos la cacerola del fuego y añadimos la esencia de vainilla.

Dejamos enfriar la mezcla a temperatura ambiente y luego la metemos en la nevera durante al menos 2 horas.

 Esto es importante porque la mezcla debe estar bien fría antes de pasarla a la heladera o al congelador.

Una vez fría, pasamos la mezcla a la heladera y la dejamos batir durante unos 25 minutos, hasta que tenga una consistencia cremosa.

 Si no tenéis heladera, no pasa nada, podéis poner la mezcla en un recipiente apto para congelador y remover cada 30 minutos durante 3 horas para evitar que se formen cristales de hielo.

Mientras la mezcla está en la heladera o en el congelador, derretimos el chocolate al baño maría o en el microondas, y lo dejamos enfriar un poco. 

Con la mezcla de helado casi lista, añadimos el chocolate derretido poco a poco, removiendo constantemente. 

El truco aquí es verter el chocolate en un hilo fino, casi como si estuviéramos dibujando con él. 

El frío del helado hará que el chocolate se solidifique al instante, creando esas deliciosas virutas que tanto nos gustan.

Transferimos el helado a un recipiente y lo dejamos en el congelador durante al menos una hora para que coja cuerpo antes de servirlo.





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